Nací desde el silencio, en el vientre de un universo que creía lejano Fui gestando, se crearon mis órganos para ver, oír, tocar, oler, sentir… Un día comencé a soñar y se poblaron mis hojas de pájaros locos,
de cuerpos desconocidos, paraísos…
Una mano vino como un arma de guerra para dar paz, y dejó tatuado en mi piel;
«Voy a ser el niño que te lleve de la mano, voy acompañarte en tu noche triste, voy a reírme de mí, contigo. Puedo compartir habitación, no soy ocupa, me ocuparé de ti».
Méteme en el bolsillo de tu abrigo si hace frio, déjame acompañarte en tu café. Si hace sol me llevas a una playa, si llueve, cobíjame en la gabardina azul de Paul Bowles.
Puedes llevarme de viaje, ya sabes, los poetas que me alimentan van por el camino de las baldosas amarillas, con sus perros románticos y sus gatos hipnotistas. Nunca pierden la esperanza, creen perdidamente en tu belleza.
Seré un espejo para ti Puedes regalarme a quien ames, no te olvides, a quien ames de verdad.
Vine de un silencio
Solo soy un potro salvaje de papel.
Cristina Sánchez Botella
Crista, S.