Este poemario se compone de dos partes. En Poemas Resueltos, el título quiere decir, problemas resueltos —un juego de palabras—, dudas que ya están resueltas. Te cuenta que trata de una búsqueda. Cada uno de nosotros buscamos algo en esta vida, y a ese algo, cada uno le pone un nombre. El autor lo llama Dios, Paz, Amor y Felicidad, aunque no lo diga claramente, o no lo diga con esas mismas palabras. Esta parte te cuenta de qué trata el libro y te prepara para la siguiente, Idolatría a una mujer, en la que te cuenta que se ha buscado tanto en lo físico, en lo mundano o terrenal; como en lo espiritual, mirando dentro de nosotros, en nuestro interior. Pone a la mujer en un pedestal y le llama Dios. La mujer es el símbolo de la creación, el lugar de donde todos venimos, donde todos hemos sido creados a su imagen y semejanza. Eso es lo que quiere decir en los versos del poema Buenos Recuerdos, que le da nombre al título de la segunda parte.
En cada poema se habla de un tema diferente, pero en todos ellos se deja entrever de trasfondo ese lenguaje espiritual donde, con expresiones más o menos veladas y con palabras sencillas, se habla de Dios, de la vida, del amor, de los sentimientos, de las relaciones humanas, del universo, del conocimiento de uno mismo, de lo carnal, de lo etéreo, de lo temporal, de lo eterno, y de cómo está conectado todo ello al mismo Ser, al mismo Todo. También habla de aquello que llamamos mente, de los malos ratos que nos hace pasar y de cómo la puedes navegar.
Es más que un libro de poesía. Quién sabe si a lo mejor también te puede ayudar.