El presente volumen de Leopoldo Baliña García constituye su tercer poemario (Los ochocientos versos musicales, 2009; Poemas para ser cantados en voz alta y en tres actos, 2011), el cual surge como consecuencia de las aciagas y repulsivas impresiones que le asaltan a cada paso durante un viaje laboral a la provincia china de Cantón. El libro emana desde sus entrañas un fuerte maniqueísmo entre dos polos opuestos y fuertemente idealizados: por una parte, el mundo libre representado por Occidente y las regiones administrativas especiales chinas de Macao y Hong Kong; y, por otra, el mundo esclavizado bajo el yugo del Régimen dictatorial del Partido Comunista Chino, que se esmera casi exclusivamente en que el mundo libre tenga una perspectiva exterior de una China moderna y dorada mientras que la visión interna del país vivida y analizada desde dentro es la de una manzana podrida, la de un país con abundantes recursos pero con pocas posibilidades de sostenibilidad y supervivencia a lo largo del tiempo debido a las características de sus propias estructuras sociopolíticas y económicas.
La obra se divide en dos partes, una parte ensayística y otra poética, por lo que el autor tiene la ocasión de criticar este Estado oriental desde la aspirada objetividad que pretende conferir el ensayo y desde el humor más negro y sarcástico que posibilita la poesía.