Concebido como una atalaya o puesto de observación, el Gobierno Civil de Oviedo es el lugar adecuado para registrar los afanes y tareas de políticos y gobernadores en sus idas y venidas a través de las puertas giratorias que la carrera permite. Y este libro trata de dar luz documentada sobre los múltiples aspectos de esa oficina de gobierno desde la que se dirige la vida de una provincia en otro tiempo Principado.
En el curso del siglo que media entre dos guerras civiles, el lector podrá tomar nota de la diversidad de ambientes y caracteres que desfilan por un empleo, el de gobernador, tan solicitado como depreciado —según Azaña— al final del período. De la lectura se extraerá, al menos, una idea cabal del tipo de personas que ocupan el cargo y de sus motivaciones y legado en algunos casos. Algunos gobernadores merecerían monografías específicas mientras que otros solo apenas dos líneas en una esquela de despedida, pero merece la pena destacar el efecto de conjunto y sus actuaciones.
La sección final se ha dedicado a desvelar los principales problemas de orden público —excluidos los sucesos de octubre de 1934— que tuvieron que abordar. La línea de sombra que se perfila en una violencia sobre la que poco o nada se ha indagado, queda al final como un interrogante sobre el que habrá que volver.
Como a la postre, también hay una literatura de gobierno que contribuye al prestigio del empleo, se deja buena nota de ello en un apéndice documental, donde también se abordan los problemas de documentación observados.