El objetivo de este libro está evidenciado en el título del mismo: «Por una educación integral e integradora».
Considero que, hasta ahora, se ha hecho demasiado hincapié en los conocimientos, lo cual es un error, puesto que el ser humano es mucho más complejo. Es necesario, diría yo vital, formar al alumno en toda su integridad como ser humano: cuerpo, mente, espíritu y entorno, y de forma integradora, puesto que el ser humano es eminentemente un ser social. Por tanto, hay que formarlo como individuo y como ciudadano.
Debemos comenzar conociendo la etimología de la palabra educar, que procede de educere: «hacer aflorar las potencialidades del alumno, desarrollándolas y cultivándolas». Educarlo para aprender a aprender, a vivir y a convivir.
Propongo una nueva disciplina, llamada «desarrollo personal», que forme al ser humano en toda su amplitud, como queda expresado en la famosa pirámide de Maslow, que consta al principio del libro.
Para más innovaciones, me remito al índice.