Según Enrique Cantera, en 1290, en lo que es hoy la actual comunidad autónoma de La Rioja, había judería en Haro, en Nájera, en Albelda, en Logroño, en Calahorra, en Alfaro, en Arnedo y en Cervera del Río Alhama. Después de los acontecimientos de 1391 en que se persiguió a los judíos de estas juderías, muchos de ellos optaron por establecerse en localidades pequeñas de los bajos valles de los ríos afluentes del Ebro en La Rioja, y establecieron en ellas nuevas juderías, por lo que podría pensarse que en las localidades de los altos valles de los citados ríos no hubo población judía o de judíos conversos.
Pero no fue así, siguiendo el plan establecido en la introducción del presente libro, se ha podido constatar que muchos de los emigrantes de esas localidades a otras regiones de España y a Hispanoamérica, especialmente a Argentina, Chile y México, eran portadores de apellidos de ascendencia judía o de judío converso y que en las localidades a las que emigraron y en sus localidades de origen, con sus obras, mostraron poseer muchos de los rasgos del modo de hacer de los judíos, como se puede observar en el capítulo que se dedica a cada uno de los valles.
También se incluye el estudio de la batalla de Clavijo del año 844, los solares de Valdeosera y Tejada y el señorío de Cameros, ambos establecidos por el rey Ramiro I en favor de Sancho Fernández de Tejada y sus descendientes.