La labor del docente debe plantearse como guía que favorezca un desarrollo integral del alumnado, permita un equilibrio social y emocional, y lo prepare para incorporarse a la vida adulta de manera satisfactoria. De este modo, la educación se nos presenta como un derecho y un deber a todos y cada uno de los individuos que formamos la sociedad.
Debemos plantear propuestas metodológicas que permitan atender a los diferentes ritmos de aprendizaje del alumnado desde el propio aula, identificando cada uno de los problemas que nos surjan y abordándolos desde los principios de integración e inclusión del alumnado.
En la presente obra se abordarán algunas de las principales dificultades del desarrollo cognitivo y social del alumnado con el fin de responder a sus necesidades.