«Hora es de la Diosa»
Esta breve afirmación resume el contenido de esta primera parte de Proyecto Arath.
«Ella» constituye la «Gran Olvidada» adrede, claro está, en ese afán de algunos poderosos de mantener su estatus.
Una Diosa con mayúsculas, pues es única e infinitamente plural a un tiempo; en-carnación misma del espíritu de la libertad, inmensamente sabia y pura bondad. Frente a Ella, las huestes de la incomprensión y el egoísmo (que no tanto de la mal-dad) que pugnan por controlarlo todo y a todos… «por nuestro bien».
La narración se desarrolla en Arath, un planeta similar al nuestro, regido por una opresiva teocracia.
De adentraros en este mundo fantástico, os encontraréis inmersos en persecuciones inquisitoriales; alianzas en busca de una ansiada y definitiva redención; combates contra los poderosos; viajes iniciáticos y, en definitiva, la lucha interior de un joven por alcanzar su madurez y la de una mujer por liberarse a sí misma y, con ella, al planeta entero que da nombre a esta obra.
Por otro lado, Proyecto Arath está concebido en tres partes, de las cuales tú, ahora, posees la primera en tus manos y pretende ser una novela que (como también se sostiene en el prólogo) «remueva conciencias divirtiendo».
Con una trama no muy complicada pero que quiere ser original, no se huye de maniqueísmos: los «buenos» y los «malvados», aunque con personajes «intermedios» que navegan entre ambos polos.
Asimismo, encontraréis, además, retazos de intensos amores carnales; conatos de ¿pseudomisticismo? y un desafío constante a la autoridad establecida.
Por otra parte, pienso que esta obra no dejará del todo indiferente a nadie: a unos por afinidad, a otros por rechazo. Es la vida misma. La bendita libertad de opinión, tratando de respetarnos mínimamente.
Espero a su vez no ofender demasiado, mas, llegado el caso, es el momento de poner negro sobre blanco en defensa de valores que, ahora, en el albor de una supuesta nueva era, vuelven a brillar con un antiguo y ya casi olvidado esplendor.
Buen provecho.
El autor.