Quiero tanto (casi siempre), que no quiero (a veces) recoge la pasión del querer y la inconformidad del no querer (¿o es la inconformidad del querer y la pasión del no querer?) con la que los inquietos personajes viven las 16 ficciones que componen el libro. Los seres que habitan en estos cuentos se relacionan a través de imposibles oraciones amorosas y se distancian interponiendo párrafos cerebrales; otras veces, se van de un relato a otro, sin importar ni el tiempo ni el espacio en el que transcurren, para vivir un nuevo sueño.
Estas historias incluyen las aventuras literarias de letras y palabras que se transforman lúdicamente en seres vivos, las peripecias terrenales de personajes que no desean ser imperfecta mímesis humana y que acaban convertidos en verbos infinitos y, también, incluyen las andanzas de mujeres y hombres que corren en busca de esperanza y vida. Lo cotidiano y lo extraordinario están narrados con el ímpetu propio de los personajes que desean seguir existiendo más allá de las historias, aunque a veces aparezca un punto y final en sus páginas.