Tulipanes y Vikingas relata los inicios viajeros de José Cánovas, un joven que lleva más de veinte años entregado al fascinante mundo de los viajes. Su paso por los Países Bajos, entre molinos, bicicletas y campos de tulipanes, le inspira para abordar sorprendentes y maravillosos proyectos. Y el primero de ellos, conocer a fondo el Viejo Continente haciendo uso de la fenomenal red ferroviaria europea, no se hace esperar.
A principios de los noventa, José, en compañía de sus amigos, acomete el primero de los cuatro interrailes que ha realizado por Europa, un pase global de un mes de duración que incluye escenarios tan extraordinarios como Escandinavia, Suiza, la Costa Azul o la desaparecida Checoslovaquia.
Los tres viajeros emprenden una aventura alocada pertrechados con lo justo, sin mapas ni guías que les ayuden. El desconocimiento de idiomas o los continuos cambios de divisas son algunos de los obstáculos que se encuentran por el camino. Inicialmente se dirigen a Escandinavia, con un fabuloso objetivo: alcanzar el Círculo Polar Ártico, en Laponia, donde les aguarda el sol de medianoche. Serán días interminables, en los que el sol no llega a ocultarse y donde guapas vikingas les reciben con los brazos abiertos y una angelical sonrisa.
En la segunda etapa, que transcurre por Berlín, Praga y otras ciudades del este y centro de Europa, descubren viejas reminiscencias comunistas en un momento crucial para el Viejo Continente tras la caída del muro de Berlín; y finalmente, desaparecido ya el miedo a lo desconocido, guiados por su instinto viajero, los tres protagonistas visitan la evocadora Costa Azul y las principales ciudades del centro de Europa, con Suiza como nexo de unión.