Heráclito de Éfeso. Ramón Gómez de la Serna. Fiedrich Nietzsche.
William Blake. Omar Jayyam. Buda… ¿Qué tienen en común individuos
tan distintos y distantes en el tiempo y el espacio, para aparecer
aquí reunidos? Únicamente la decantación, a la hora de expresar cada uno de ellos su pensamiento, por esa forma fragmentaria y penetrante de escritura a la que se ha venido en llamar aforística. Pese a su considerable extensión, el libro que el lector sostiene entre sus manos se define en todo su contenido por la concisión. Está constituido por pequeñas y breves líneas independientes, por escuetos párrafos a lo sumo, y pretende ser algo así como un cofre sin propietario que, abarcando en la procedencia de sus riquezas los últimos veinticinco siglos de Historia humana, ofrezca a todo el que se decida a abrirlo y sumergirse en sus páginas la acumulación desordenada y maravillosa de un tesoro sorprendente, diverso y centelleante. En cualquier página por la que se abra, y casi en cualquier lugar de la página en que se inicie o se retome la lectura, aparecerán chispas, destellos. Y, por momentos,
la concatenación prolongada de los mismos creo que proporcionará
al que esté leyendo, en el instante en que esté leyendo, un placer singular y tranquilo, al que difícilmente hubiera podido tener acceso por otros medios.