Francamente, es difícil describir este libro. Pero a riesgo de que Apolo me trate como a Casandra, tengo que decir que, por inverosímil que parezca, contiene las respuestas racionales definitivas a las grandes preguntas que la humanidad lleva haciéndose durante milenios. Aquí se trata de lo fundamental: de verdades corrientes y absolutas, de la realidad y las apariencias, de lo bello y lo malo, del entendimiento y el conocimiento, del espacio y el tiempo, de la estructura del universo y las partículas elementales.
Se habla de la naturaleza de la vida, de sensatos, mentecatos y psicópatas; de la estructura de la mente y los secretos de la felicidad, de sociedades patriarcales y matriarcales, de sus políticos y sacerdotes. Incluso se revela quién inventó el dios Dios y por qué lo hizo. Y hasta se determina con toda exactitud dónde están los muertos y la vida que llevan. Así que cuando el lector acabe de leerlo, sus interrogantes serán ya como los míos: de segundo orden. En consecuencia, este es el libro más importante que se ha escrito nunca. En muchos siglos no se escribirá nada de importancia similar, y lo más probable es que nunca se escriba.