Antonio Berjaga Nieto, orcereño de Linarejos (Jaén) se refugió en Angulema (Francia). Después de luchar en la Guerra Civil huyó a Francia, desde donde, con motivo de la ocupación alemana, lo enviaron a Mauthausen. Su paisano Bernardo Blázquez Romero fue conducido al campo de exterminio de Dachau, ambos en uno de aquellos trenes de mercancías que tantas veces hemos visto en el cine en las películas ambientadas en la Segunda Guerra Mundial. El tren de Antonio era el cuarto convoy que llegaba al Campo de exterminio procedente del Fronstslag 184 del Campo de concentración de Les Alliers, en Angulema. Pertenecía a la expedición conocida como Convoy de los 927. Ingresó en el Campo de exterminio el 23 de
agosto de 1940, desde donde fue trasladado al campo filial de Gusen cuando dejó de ser útil para los trabajos forzados. Los españoles en Mauthausen fueron clasificados como «Rotspanier», nombre en alemán con el que los nazis denominaban a los prisioneros republicanos. Antonio Bergaja Nieto murió con veintisiete años en el subcampo de Gusen el 20 de septiembre de 1941. La causa de la muerte se encubrió como «Lungenentuberculose», o sea, «TBC pulmonar». Bernardo Blázquez Romero corrió mejor suerte,
siendo rescatado en 1944, tras la liberación del campo.