Este precioso libro es la quinta esencia de las horas y los días que
un espíritu inquieto, rico, generoso, culto, luchador y muy en
sus cabales ha destilado silencio a silencio, en la paz con la que
una personalidad sólida supo transformar la aislada imposición
de la biología y la prudencia que inspiraba el sentido común.
Una tarea impuesta, primero, para sí misma, como espita del
grito con que el alma expresa la pérdida de la libertad.
Una tarea para los amigos: acá estoy, queridos míos, me acuerdo
de vosotros y os envío esta humilde onda que mi pensamiento y
mi alma emiten al despuntar la mañana.
Una tarea, ahora, al publicarlo, para todo aquel que tenga paladar,
porque tiene mucho que degustar.
Es un libro impregnado de esa frescura que nace de la espontaneidad
y la sinceridad, tan manifiestas en el estilo desenfadado y
directo con que está escrito.
Pero que, al mismo tiempo, emite el aroma, la fragancia y el bouquet
de un excelente caldo añejado en señera bodega.
Lector, sé que lo vas a leer de arriba abajo, pero detente todo lo
que puedas en las reflexiones…, son un tesoro