Un grupo de «ejecutivos-ejecutados cincuentañeros» que se reinventan en un pintoresco chiringuito son los protagonistas de Respirando tus labios. En el centro de la historia destaca una utopía posible y puede que probable, en este siglo veintiuno por el que nos toca transitar. La trama evidencia que el éxito empresarial, con cada vez más frecuencia, se sostiene en estrategias de marketing «con un fortísimo sabor a nada» y en la identificación de nichos, más que en operaciones robustas y sesudas.
Respirando tus labios la protagonizan, además de una docena de ex–expatriados, dos parejas que representan el amor maduro y el juvenil y que se ven inmersas en este mayúsculo engendro, además de actores famosos, presidentes y gobernadores, responsables de fondos de inversión internacionales, camareros y notarios.
En un ambiente relajado y de cartón-piedra se plantean conceptos como «la DEVIP», una propuesta de redefinición de la democracia que pone en duda convenciones como la «un hombre, un voto» y que explora nuevas formas de gobierno participativo respaldadas por tecnología e inteligencia artificial. En la trama, una repentina e impactante muerte desencadena un «un giro dramático de los acontecimientos», llevando al grupo a confrontar poderes políticos, religiosos y financieros que operan en la sombra, poniendo a prueba sus convicciones y la estabilidad y unidad del grupo.
ONGs, Uganda, Brasil y un playa sin final son también protagonistas de Respirando tus labios, donde los besos emergen como la clorofila que cataliza la fotosíntesis del sexo y del amor, y, por tanto, de nuestra existencia. Todo esto contrasta con aspectos tan materiales como la importancia de la gestión empresarial bien o mal intencionada de la formación de directivos y el poder que otorgan los lobbies. ¡Y mucho más!