¿Qué sería la vida sin amor?
A veces mal entendido, cuando introducimos en el signifcado de esa palabra elementos como la posesión y la dependencia, los celos, el apego, todas esas emociones que, sin embargo, nos son innatas y difíciles de controlar.
Qué complicado resulta todo, y a la vez tan bonito, mientras no seas tú el que sale malparado en cualquiera de las historias donde nos fundimos con el otro, como kamikazes en la difícil tarea de sentir y además ser correspondidos.
Cuántos encuentros, cuántas decepciones…
Somos así, imperfectos, caóticos, humanos, y no queremos estar solos.
El amor nos destruye o nos salva, a veces elegimos bien y otras nos equivocamos, en ocasiones una y otra vez, pero el corazón sigue latiendo mientras estamos vivos.
Y allá vamos otra vez.