El amor único y rosáceo, que nos presenta y vende la sociedad, prescinde de los diversos colores, esto es, de las diversas emociones y fases de las que consta el amor real. Hecho que acaba por convertirse en una trampa mortal para el individuo. El autor aborda de una forma valiente y sincera, entre otros, el tema del amor, en toda su dimensión emocional. De ahí que Rimas prohibidas dé nombre al título de la obra. En ella se evidencia la naturaleza suicida del amor, como consecuencia de su guion monótono y encorsetado, que conduce por sí mismo, a sus protagonistas, a una muerte dolorosa y cruel. Por el contrario, el amor verdadero y espiritual, desde el control de la pasión, se erige en un contrincante victorioso frente al amor instintivo y carnal, como un sentimiento más puro, elevado y altruista, que permite al amante compatibilizar su vida interior y su amor, de una forma más amplia, libre, e igualitaria, a todas las criaturas. La renuncia, la evitación y la negación, se convierten de esta forma, en los antídotos perfectos contra «la soga y la doma» del amor convencional; y la emoción y la reflexión se complementan y equilibran entre sí, por medio de aforismos y de poemas satíricos y filosóficos, que enriquecen la rima, y dotan a la poesía de José Luis Meléndez, de una profundidad que no pasa desapercibida para el lector.