Nacido en el seno de una familia acomodada, Luis Montalvo es una persona insegura y poco decidida, marcada, sin duda, por las circunstancias de sus padres. Ello le hace deambular por el mundo sin rumbo ni dirección, enfrentándose así a un aprendizaje de la vida que realiza en solitario, sin tutela ni guía y que, casi sin quererlo, le lleva a diversas situaciones de lo más variadas: divertidas, trágicas, cómicas, aunque muy humanas, en las que conoce el amor, el desamor, la amistad y las pasiones y pulsiones humanas. A lo largo de los años que se narran en el libro, y debido a las experiencias vividas, el protagonista, cada vez más escéptico, se convierte en un espectador, y al mismo tiempo narrador, de las vidas de las personas que se cruzan en su camino, con sus luces y sus sombras, formando un relato lleno de sobresaltos, repleto de sorpresas y aventuras asombrosas, todo ello en el marco de su propia vida, cuya senda improvisa paso a paso.