El trabajo esclavo contemporáneo es una realidad. Anclado en las dinámicas propias de la expansión capitalista que, en tantos sentidos y juntamente con el papel creciente de las más modernas tecnologías, conviven con las formas más inmisericordes, brutales y arcaicas de explotación del trabajo, el trabajo esclavo contemporáneo se configura en las situaciones en las que el trabajador es reducido, de hecho, de forma ilícita, a una condición similar a la antigua condición de esclavo, siéndole suprimida su libertad. Esta obra trata de la lucha contra esa explotación, sobre todo desde una perspectiva que analiza las políticas contra la esclavitud contemporánea desde la experiencia de Brasil: lo que se ha hecho, lo que queda por hacer y lo que es posible hacer para la eliminación de la esclavitud contemporánea.
Pretende también colaborar en el planteamiento de una propuesta para construir –y exigir política y jurídicamente– unos derechos pensados de otra manera, de forma crítica y humanista, así como ayudar para que, de alguna forma, se pueda pensar en sustituir la apatía social de nuestros días por una rebeldía emancipadora y transformadora. La cuestión de la esclavitud contemporánea, en su manera de ser afrontada, exige voluntad política, articulación, planificación de acciones y definición de metas objetivas, pero sobre todo exige pensar en un modelo de desarrollo más humano, más justo y más democrático, para lo que es preciso un mayor compromiso, si no un verdadero cambio ético de la sociedad civil: requiere la adopción de una nueva visión del «otro», con un tránsito desde un hombre construido a partir de dualidades excluyentes a otro que se reconoce a sí mismo como parte de un todo plural, diversificado, en un modelo en el que los otros ya no sean objetos de extrañamiento, sino seres humanos , por tanto, personas titulares de derechos y de dignidad.
El núcleo central del problema que esta obra plantea, pues, es si podemos continuar tolerando el escándalo de la sobreexplotación de las personas, del hambre y de las enormes desigualdades, elementos indispensables para sostener el modelo actual de crecimiento económico trazado por el capitalismo.