Cualquier mañana, Librado se levanta y dice: «Me está rondando una poesía»; y se pone a escribir al instante las palabras o los versos surgidos para que no se le olviden, y después, con más tiempo, irá dando forma y puliendo el poema.
Como en sus poemarios anteriores, la temática es variada: un lugar bonito que ha visto, un amigo, los nietos, la guerra, los malos tratos, el medio ambiente. Cualquier cosa le es válida para crear un poema. Juega con las palabras componiendo versos con rima consonante, asonante o versos libres, pero siempre cuidando el ritmo, la cadencia, la musicalidad y por encima de todo, que sean comprensibles por el lector, incluidos los niños, algo de suma importancia para él.