El imperio de los Estados Unidos y sus adláteres políticos y económicos europeos se desmorona, se muere, huye, abandona el liderazgo mundial que ha disfrutado en los últimos ochenta años. Y lo hace, víctima de sus errores, sus crímenes, su prepotencia, sus guerras, su avaricia, sus absolutas ansias de poder… y, en última instancia, su desgraciada apuesta por intentar destruir a Rusia a través de la Ucrania del loco Zelenski.
Conscientes de todo ello, las otras dos grandes potencias económicas y militares del planeta, Rusia y China, miembros de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) y principales integrantes del club de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica) no han dudado en unir sus fuerzas, sus economías, su tecnología, su futuro, sus poderosas instituciones castrenses… para conformar un futuro nuevo poder a escala global (el nuevo imperio de la era hipersónica) que ha tomado carta de naturaleza en las reuniones de alto nivel de los líderes Putin y Xi Jinping en Samarcanda (Uzbekistán) los días 15 y 16 de septiembre de 2022 y en Moscú entre el 20 y el 23 de marzo de 2023. Aunque en realidad lleva ya tiempo funcionando en áreas de la economía, la geopolítica y la defensa conjunta con miras a asestar el golpe definitivo al monstruo político, económico y militar norteamericano herido de muerte.