Mentiroso. Si podemos considerar mentiroso como un nombre, ese es el que más veces han utilizado para llamarme, mentiroso. En casa, en el colegio, los amigos del barrio, desconocidos por la calle, mentiroso, mentiroso, MENTIROSO. Solo una persona entendía mi idiosincrasia, mi madre. Mamá siempre tenía palabras reconfortantes para mí, y siempre me decía: «Hijo mío, tú no mientes, ni inventas, tú sabes cosas que el resto es incapaz de saber. Tienes un don. Pero no debes decírselo a nadie, nadie debe saber de lo que eres capaz». Pero para un niño es muy difícil mantener secretos, o simplemente mantener la boca cerrada.
Así que, sin quererlo, me metí en más de un berenjenal gracias a mi extraña y única capacidad. Y, por supuesto, también me gané un nuevo nombre, Mentiroso, aunque si queréis, podéis llamarme Samuel. Así rezaban las primeras líneas del dosier que Eric, recién regresado a casa tras una estancia de diez años en un internado, había recibido de manos de su tío Jake. Un dosier que reunía toda la información que el padre de Erichabía podido reunir sobre un hecho acontecido muchos años atrás; un hecho que alguien se ocupó en silenciar y que el tiempo y ese propio hecho se encargaron de que el mundo olvidara. Ahora Eric con la ayuda de su tío Jake tratará de sobrevivir en un mundo que quiere que todo lo que sucedió sea olvidado de una vez por todas.