Cuando el «hombre» utiliza el poder para oprimir a su semejante, conjugamos un verbo que sólo está en la mente de aquellos hermanos que viven arbitrariamente en suburbios y pasan la misma calamidad que yo, que tú, que aquel… Los hombres de la ciudad, viviendo entre la mugre que nos cubre, aún se creen artífices y dueños de las inofensivas almas sin voz, que sólo pueden luchar con el cerebro, la pluma y las jaculatorias que salen de sus bocas.
SÊLÊM´A, es el veneno que mata al presuntuoso gigante en medio de esta turbulenta corriente que todos sabemos hacia dónde desembocará.