Los cambios psicológicos que tuve que realizar después de que mi menopausia se empleara a fondo conmigo y mi salud, y que se reflejan en un cambio físico obvio, me han ido llevando a reflexiones sobre el envejecimiento de la mujer de hoy en día y cómo la trata la sociedad actualmente.
De andar hundida en un mar de azúcar y chocolate que me estaba envejeciendo y enfermando a marchas forzadas a retomar el control absoluto de mi vida de forma introspectiva y llegar a lo que he denominado «mi Edén», recuperando a esa «joven madura» saludable, más vital y, en definitiva, que Es y Está Feliz.
Porque ser joven me llevó mucho tiempo.