La novela Las facultades predilectas o la niñez iluminada forma parte primera de la serie integral Pensadores sobre pensadores. Circunscribe el desarrollo narrativo a la exaltación de las facultades cerebrales y del conocimiento, recurriendo a monólogos y diálogos, referencias biográficas y consultas. Los principales personajes protagonistas son el abuelo Víctor Hugo Paz y su nieto Gustavo Adolfo, en tanto altavoces de un círculo familiar reducido. Los caracteriza una dualidad indisoluble, conectada en lo pertinente a afianzar conocimientos en todas las áreas: mitología, filosofía, medicina (específicamente neurología), psicología, literatura… El punto de partida se instala en lo maravillado que queda el abuelo al escuchar por boca de Gustavo Adolfo una determinación notablemente insólita. El niño, que todavía no había llegado al uso de razón, quiere ser médico neurólogo. El abuelo considera que, por halagador accidente y confesión, Gustavo Adolfo ha leído algo relacionado con la genética y las facultades del pensamiento. Por lo pronto, lo que más tiene en mente el niño es que su abuelo es un escritor que lee y escribe de manera constante, que le inventa historias ficticias desde cuando apenas era de brazos, y que le ha venido llenando de cariño y explicaciones fascinantes. De aquí para adelante, las lecturas diversas se convierten en frecuencias insustituibles para el nieto (también relecturas por parte del abuelo) con voluntariosa vocación observadora de las realidades y dosis de precocidad en disposiciones investigativas. A todas luces, Gustavo Adolfo disfruta más que nada con la intercomunicación que, en el curso de idas y venidas, frecuenta con el abuelo. Al ritmo de los sucesivos comentarios compartidos, Gustavo Adolfo va recopilando notas de comprensión sobre sus lecturas y aspira a escribir algún día la biografía del abuelo. En incremento de lo cual, se suceden preguntas y respuestas sobre lo que Víctor Hugo ha hecho de su vida.