El presente libro trata de un largo viaje a través del tiempo y de la necesidad de sortear una serie de obstáculos, de falsas creencias, de concepciones erróneas y utopías que han tratado de oscurecer a través de la historia el concepto fundamental de «qué es la verdad», concepto fundamental para guiar la conducta humana en su búsqueda.
Hace 2000 años, el gobernador del Imperio Romano en Israel, Poncio Pilato, le preguntó a Jesucristo: «¿Qué es la verdad?». La contestación de Jesucristo de que él es la verdad y de que para eso ha venido a este mundo, para dar testimonio de la verdad, desconcertó a Pilato. Jesucristo se presentó como verdad absoluta, lo que desconcertó al gobernador del Imperio Romano. Por eso, desde entonces, los cristianos afirman que solo creyendo en Cristo y permaneciendo unidos a él es posible continuar su acción ininterrumpida en la Historia.
Pero la verdad y su conocimiento nos hacen libres. Cuando se ofusca la verdad, cuando todo se considera relativo y se impone el relativismo como el gran dogma de la modernidad, se oscurece el futuro del hombre, se impide la unidad asentada en principios morales indispensables. Por eso son rechazables los intentos actuales de construir una nueva sociedad totalmente inédita para nosotros, sin memoria de nuestras raíces y de nuestra identidad a través de los siglos.
El viaje que comentamos arranca desde la creación del mundo según la Biblia, los últimos descubrimientos científicos y la confirmación que hace de su texto a través del mensaje cristiano de hace 2000 años, para acabar con las opiniones resumidas de los principales científicos en la materia del siglo XX y XXI, sobre la necesidad lógica de un Dios creador ante la extraordinaria complejidad de las leyes que conforman nuestro universo.
Einstein dijo en una ocasión: «¿Cómo se explica que las matemáticas, siendo un producto de la mente humana, independiente de la existencia, estén tan admirablemente adaptadas a la realidad?».