La vida tiene a veces extrañas formas de mostrarnos el camino hacia la felicidad. En el caso de Kathleen, el camino, además de extraño, resultó ser muy doloroso. Su madre solía decirle que Dios escribe recto con renglones torcidos, pero ella no acababa de entender lo que quería decir con aquella frase…
A sus casi veintiséis años, Kathleen estaba satisfecha con su vida. Sabía que se había convertido en una solterona con inquietudes y gustos distintos a la mayoría de mujeres de su edad, pero estaba feliz. La música lo era todo para ella y componer sus propias obras era un reto y, a la vez, un gran placer. La llegada a Southampton de un apuesto americano vino a completar su ya dichosa vida. No obstante, cuando sentía que lo tenía todo, su mundo se desmoronó completamente. Para encontrar el verdadero mensaje oculto en las palabras de su madre, Kathleen debe resurgir de sus cenizas, luchar, hacerse fuerte, cambiar… y volver a amar.