A menudo, el alma siente la prisión indeseable, la salida más cercana lejos del abismo… Desde que la humanidad comenzó a caminar, muchas de las obras eran ficción para ser testimonio de los errores y de las proezas de los dioses, titanes o semidioses.
La perfección en el camino andaba lejos, y el ser humano en extremo complejo creaba nuevos conflictos y, así, llegaron sus pecados nuevos en convivencia con los de antaño.
De las figuras míticas, el sentimiento sesudo del haber personal. En este sentido da comienzo el abismo sentido por Kassandra y, plasmado con exquisitez y profundidad, la misma que le llevó a su propio abismo, el nitzchesiano, y miró Kassandra al abismo y el abismo la miró a ella.
Nadie habita en la mente del poeta, pero este nos deja pistas, un camino a la profundidad de un alma que espera ser descubierta en la intimidad.