Marc y Lisa representan en esta novela al amor más intenso. La pasión desenfrenada que ellos fueron capaces de vivir podría tildarse como la más loca, colorida y permanente en todos los sentidos, tanto en la cama, como en las acaloradas discusiones que de vez en cuando sostuvieron. Violaron leyes y reglas de conducta porque tan solo importaba que sus pieles se amaran, sin que fuese trascendente el lugar, el momento ni las condiciones. Desde el primer día en que se conocieron bailando salsa, sus cuerpos sintieron adicción, la seducción obtuvo el primer lugar entre los premios otorgados por el deseo y el amor florecía de una manera extraña pero gustosa, «Hasta el odio se sentía delicioso al saborearlo entre los labios». Pero con el tiempo algo se quebró y se apagó el fuego de aquella pasión que parecía ser auténtica y eterna, y se les plantó delante la cara del amor incompatible. Fue entonces cuando se percataron de que nada tenían que ver uno con el otro, y Lisa se sintió obligada a tomar una decisión dolorosa para salvar lo que quedaba de aquel amor. «Tan solo ámame» son tres palabras que dicen mucho literalmente y encierran entre tantos otros sentimientos, al machismo en el sexo femenino y a la pobreza de cariño que existe en cientos de corazones en el mundo. El amor es algo que nunca se deja de buscar, así como el dinero. Sentimos necesidad de los dos, aunque a veces uno de ellos pierda importancia ante la presencia del otro. Esta historia está totalmente repleta de emociones que te harán reír, llorar, soñar. Te harán sentir libre, quizás…, si como Lisa eres capaz de sacarte de adentro todo aquello que no necesitas continuar escondiendo y que te ha causado tanto dolor.