En Tiago y Calores (Rusiñol en Aranjuez) se narra de manera informal la vida de Santiago Rusiñol, a través de conversaciones con el tío Calores, sobre guarda del Patrimonio, en el escenario incomparable de los jardines de Aranjuez.
Desde la primera visita en 1898, hasta el año en que el pintor y escritor falleció en la Gran Fonda del Comercio, ambos se van encontrando en rincones que fueron emblemáticos para la producción pictórica de Rusiñol. Gracias a esas charlas, conocemos los sucesos más significativos en la vida del artista.
También nos permiten imaginar, a grandes rasgos, su carácter y sentimientos.
El libro incluye al final una decena de glosas escritas por él, y traducidas por primera vez del catalán, que hacen referencia a Aranjuez. Son otros retratos del Real Sitio, y nos muestran detalles de la vida cotidiana del lugar hace más de un siglo.