Ella se dejaba manosear sin reparos disfrutando de aquel hombre vestido de uniforme verde con una pistola cargada al cinto y con otra pistola apretándole por encima de la ingle a punto de disparar.
¿Por qué quiere un señor que lo encierre una noche en los calabozos si no ha cometido ningún delito?
¿Si usted fuese policía local se denunciaría así mismo?
¿En un olivar, por qué huyen dos cuadrillas de campesinos si sólo se va a detener a una persona?
Si estás de guardia de puertas y te llaman de madrugada diciendo que se ha caído la campana de la ermita, ¿qué haces?
Si estás de guardia de puertas y recibes un telefonema oficial diciendo que el Presidente del Gobierno va hacer una visita al cuartel, ¿a quién se lo comunica?
¿Qué hacen dos guardias civiles de paisanos, probándose un traje de flamenca en un camino?
Si en una inspección ocular de un robo ve esparcido por el suelo una gran cantidad de sombreros y cascos militares y ves uno diferente a los demás, ¿te callas o preguntas por el mismo?
Si vas circulando en carretera y un grupo de jóvenes se bajan las faldas y los pantalones y enseñan sus traseros por la luna trasera de un autobús, ¿qué haces?
Para poder averiguar las respuestas a estas preguntas necesitarás leer todas las anécdotas de este libro y comprender que, por muy surrealista que sean las historias que nos encontramos a lo largo de nuestras vidas, las que realmente nos marcan y las que al final están llena de magia, tristeza, alegría y de verdadero surrealismo son las que vivimos por nosotros mismos.