La situación sanitaria y social que estamos viviendo en el momento de escribir estas líneas nos obliga a replantearnos muchos aspectos de la actuación educativa que hasta ahora no habían resultado ni urgentes y, ni siquiera, necesarios. Pero la incertidumbre ha invadido nuestra realidad y, cómo no, el mundo de la educación, que se ha visto obligado a responder de manera acelerada a las exigencias planteadas tras la «desaparición» de la escuela como tal espacio físico y de relación en el que ha venido desarrollando tradicionalmente sus actividades y cumpliendo sus importantes funciones.
La utilización de la tecnología de la comunicación nos permite beneficiarnos de la «educación ubicua» y, en consecuencia, también de la «orientación ubicua». En todo lugar y momento podemos conectar
con la persona interesada, transmitirle información, intercambiar opiniones, ofrecer documentación concreta… y un sinfín de actuaciones que, en muchas ocasiones, exceden incluso a las que se pueden
realizar de forma presencial.
En concreto, la obra se centra en el conocimiento y utilización de Twitter como red idónea para llevar a cabo las tareas de orientación en este caso, si bien el texto se completa con otros campos también de gran interés. Las ventajas que ofrece Twitter se pueden sintetizar en la gran cantidad de información que ofrece y la máxima difusión que alcanza en tiempos mínimos. Hace posible el acceso a novedades
no existentes en otros medios, es un elemento de promoción de ideas y propuestas propias e innovadoras, facilita la puesta al día en cuanto a posibilidades de formación, becas, ayudas, diversas convocatorias…
En definitiva, se nos muestra como una red con enorme capacidad de información instantánea y, además, concisa y clara, debido a la limitación de caracteres que se exige en sus mensajes. La lectura y puesta en marcha de una red basada en Twitter para extender las posibilidades de la función orientadora permitirá ofrecer un servicio más rápido y eficaz acorde con los tiempos que nos ha tocado vivir. Es un paso importante para innovar en orientación educativa e imprescindible para beneficiarse del mundo virtual en el que estamos inmersos padres, profesores y alumnos.