Este libro es un comienzo y un final a partes iguales, un lugar donde el tiempo se deshace con una mirada y el corazón late distante. Es un veneno que corre por las venas hasta que te deshace por dentro y te recuerda lentamente cómo era ser libre, un habitáculo al que escapar cuando todo se convierte en nada y cuando la nada se convierte en todo. En fin, tal vez hay que negar la cordura para entender completamente de qué va todo eso de querer, o amar, o necesitar o lo que sea. No sé las circunstancias que te llevan a leer estas páginas repletas de ilusiones revueltas entre los sonidos de la desesperanza, ni cuánto tiempo tardarás en dejar este libro en una de tus estanterías hasta que el polvo se acurruque en su portada, sin embargo, puedo asegurarte que estás ante
una historia que pocos te habrán contado. La de dos enamorados que no le tuvieron miedo al qué dirán, ni a los miedos ni al amor.