Un brindis a la vida de Alicia nos sumerge en la España profunda, donde las pequeñeces del día a día constituyen lo más grande para sus personajes y, de nuevo, Aída Alguacil nos sorprende con una narrativa sencilla donde refleja las costumbres de los campesinos de la España rural de mediados del siglo XX.
Alicia, su protagonista, nos describe en primera persona y a grandes rasgos parte de su azarosa vida, desde una feliz infancia hasta el regreso definitivo al lugar donde la tranquilidad de su entorno la harán sonreír y, a veces, también llorar sobre lo allí sucedido.
Rememora divertida el castigo de su Nana Gadea al prohibirle las continuas salidas en compañía de sus amigos para prevenir lo que ella denominaba «males mayores» y acoge con enojo el verse frente a la vieja Singer que, a lo largo de su vida, ejercerá sobre ella algo extraordinario que la guiará por senderos insospechados. Las analogías con el relato de Lewis Carroll nos harán reflexionar sobre la gran influencia del libro Alicia en el País de las Maravillas en su madre y ella. Un relato sencillo que mantendrá la curiosidad del lector al intentar averiguar lo que le deparará la página siguiente.