En estas páginas, el autor, que no esconde su condición de psiquiatra, intenta encontrar las claves que condujeron a Kim Philby a consumar la traición mas nociva para los intereses de su propio país, a favor de la Unión Soviética, en plena guerra fría. Bendecido por ¿la suerte?, llegó a introducirse entre los altos cargos del renombrado servicio de contraespionaje británico y a eludir con éxito hasta cinco comités de investigación (tres de ellos parlamentarios).
Entre sus muchas paradojas, señalamos la eficacia de una cobertura que atrajo a amigos, compañeros y esposas que le apoyaron hasta el final. Todo ello lo convierte en adecuado para el estudio de aquellos interesados en los entresijos menos habituales de la mente humana.