Esta historia narra la vida de Rafael, hijo de un guardia civil, nacido y criado en la casa-cuartel de una comarca minera asturiana, y de sus cuatro amigos (Anselmo, Miguel, Nieves y Adelina), hijos y nietos de mineros, cuyo futuro solo gira en torno al carbón de hulla. A través de estos personajes, y de una forma precisa y bien documentada, el autor despliega tanto la difícil infancia de los niños en los verdes valles de Asturias a principios del siglo pasado —una niñez breve y austera, pero inocente y llena de una ingenua felicidad—, como la agria sociedad convulsa y agitada donde viven.
A medida que avanzamos en la lectura, nos adentraremos en la extrema dureza de la mina y la sobriedad de la vida de las familias de los guardias civiles en un entorno complicado, comprobando cómo se entremezclan las voluntades de los protagonistas con los intereses políticos de la época. Porque esta novela es también un diario de los trágicos acontecimientos sucedidos en la denominada Revolución de Asturias de octubre de 1934, y cómo estos sucesos llevaron a algunas familias a enfrentarse entre sí, igual que terminó ocurriendo apenas dos años después en muchos otros pueblos y ciudades de España, en nuestra desgarradora Guerra Civil.