Gaspar y Marcos de Torres como indianos icodenses representaron la figura del emigrante enriquecido en América, cada uno en su debido tiempo histórico. Poseyeron grandes riquezas y consolidaron con su fortuna un patrimonio familiar que se vinculó con el fin de mantener el estatus y el poder socioeconómico sobre la zona de Daute. Gaspar transfiguró los esfuerzos y sueños de sus padres, también vinculados con el comercio canario-americano, en una ejecución vital de su proyección personal. Para Gaspar, el comercio no solo representaba el consecuente enriquecimiento económico, sino también la posibilidad de ser el primero de su linaje en construir un legado que beneficiaría también a su comarca. Fue el símbolo del emigrante triunfador que fue a América en busca de prosperidad y riquezas y que regresó a su patria para
instaurar allí su vida y también para invertir su fortuna. El municipio de Icod de los Vinos vio acrecentar su riqueza a través de la familia Torres, a quien le debe, sin lugar a duda, su posicionamiento dentro de la carrera a Indias y el desarrollo comercial del siglo XVIII.