Una dura realidad narra la vida de una niña que, ya desde el mismo momento de nacer, parece que viene
marcada por el sufrimiento, el desamor y la desdicha, al tener las vivencias con unos padres biológicos que, por sus comportamientos —delincuencia y dependencia de las drogas—, pierden la custodia de ella y de su hermano. Después de estar en el orfanato, pasaron a otros padres, adoptivos, que no solo no cumplieron con su obligación de padres, sino que a ella y a su hermano los trataron de forma infame, haciéndolos trabajar y maltratándolos, dando lugar a situaciones indeseables e infrahumanas, algunas desgarradoras, llegando a internarla en centros, que fueron dejando una huella imborrable en la niña
que, junto con otras situaciones desdichadas en su juventud, se ve abocada a tomar decisiones, en algunas ocasiones erróneas. Sin embargo, con su constante lucha y sobreponiéndose a todo, logra salir de esa encrucijada y, poco a poco, logrará rehacer su vida. Demostrando que siempre se puede salir del pozo, por muy profundo que este sea.