Una forma de soñar y no soñar, un grito a la desesperada, sueños, ilusiones, desencantos y encantos, ideas echadas a volar, vividas en las profundidades de un océano translúcido de versos, inspiraciones y letras.
Todo amor tiene un canto, una era, un abrazo y un beso. Amor de maneras desiguales (familiar, social, sentimental), tejidos en ramas de un árbol primaveral, pero inspirados en un lugar, persona y circunstancia.
En este camino, aún falto de concurrencia, cargado de ilusión y optimismo, senderos amparados hacia el mar y hacia el sol, hacia el desvanecimiento y hacia un cielo de abrazos semieternos. Bañaremos en quimeras el mundo y sus cuatro puntas, ataviados por un color innegociable: «Amar con amor verdadero». En honor a quienes lloran, a quienes arden, a quienes se despiden, a quienes necesitan calor y a los que dan sin demandar, frutos rojos y hoja seca de montaña.
Qué lánguido se queda uno al arrojar todas sus espinas, y sí, ante una caída, una mejor restitución, pero «SONRIENDO, LA VIDA SABE MEJOR». Suena bien…, ¿te animas?