Felipe II ha aplastado la amenaza francesa en San Quintín, la turca en Lepanto y la morisca en Granada. Su gloria solo se ve ensombrecida por los acontecimientos en Flandes. Es el rey más poderoso del mundo y, sin embargo, se muestra receloso de Aragón donde está obligado a respetar los Fueros que ha jurado y que limitan su poder.
Mientras, en Aragón, una serie de sucesos, aparentemente inconexos, sobresaltan la vida cotidiana: rebeliones de vasallos contra su señor, matanzas de moriscos, bandolerismo, la fuga a Zaragoza de Antonio Pérez tras su caída en desgracia…
La novela realiza una narración cronológica de aquellos sucesos, conocidos históricamente como las Alteraciones de Aragón, a través de las andanzas de un joven libertino reclutado en Flandes por el conde de Chinchón, a la sazón ministro de Felipe II y Tesorero del Consejo de Aragón, para espiar al duque de Villahermosa, el más egregio representante de la nobleza aragonesa.
Es también una indagación en su porqué, sugiriendo, a través de los hechos en que participa el protagonista, algunas interpretaciones más a este pasaje de nuestra historia.
“Era como en el juego de ajedrez, en el cual, los mejores jugadores son los que mueven con antelación las fichas a posiciones aparentemente inofensivas pero que, cuando el contrincante quiere darse cuenta, se cierran como una tenaza mortal alrededor del rey enemigo”.