Me llamo Eliot Brown. Hace dos semanas que mi egoísta padre nos dejó temporalmente abandonados a mi hermana Eliza y a mí en Old lady Whispering, una vieja casona solitaria y llena de misterio. Lejos de Londres y en contra de nuestra voluntad, ahora estamos bajo la tutela de la señora Reynolds, dueña y moradora de la hacienda y que en el pasado fue amiga de nuestra difunta madre. En este extraño sitio, próximo a un bosque, siento que me ahogo.
¿Por qué ordena la señora Reynolds a su ama de llaves encerrarnos todas las noches en nuestro cuarto? ¿Cuál es el motivo por el que el viejo jardinero con una escopeta al hombro siga de cerca nuestros paseos diarios? ¿De quién son las pisadas que oímos en el techo? ¿Por qué razón se nos prohíbe tajantemente ir al bosque, el mismo desde donde alguien nos hace señales con una luz? ¿Cómo es posible que oiga a un perro merodear por delante del cuarto cuando se supone que en esta casa no hay perros? ¿Es necesario que Samuel, el tartamudo chico de los recados, se ensañe de esa manera con los pájaros? ¿A qué teme aquí todo el mundo? Jane, el fantasma de una niña, quiere que nos vayamos. Solo la vemos mi hermana y yo. Nosotros también queremos irnos. ¿Lo lograremos?