Una voz para los engañados es una historia real en la que la familia Hernández se desenvuelve en medio de las adversidades que afligen a El Salvador, así como a la gran mayoría de los países latinoamericanos, víctimas de las potencias industrializadas y sistemas políticos arbitrarios en los que la población tiene solo el derecho de estar callada. Héctor es el primer hijo de la unión entre Joaquín Hernández y Marta Ardón y crece en pleno desarrollo de la guerra civil salvadoreña, siendo testigo ocular de muchos episodios de violencia y del desarrollo de una guerra absurda y una revolución fracasada.
Héctor nace con una predisposición filosófica y poética que lo lleva a una constante búsqueda de la verdad y del concepto de justicia. Crece en un ambiente católico con una fe ferviente, y cuando se siente defraudado por la historia y la doctrina del catolicismo, va en busca de la religión que represente con integridad la palabra de Dios. Después de muchos años viviendo en el dogmatismo religioso, empieza a dudar y a poner en discusión todas las enseñanzas bíblicas. Desea también emigrar y conocer otras culturas, y en ese afán vive la dura experiencia de la clandestinidad en la travesía de México, buscado el sueño americano. Su edad adulta se desarrolla en Italia, donde vive experiencias de amor maravillosas y se dedica a escribir con el deseo de ser una voz para los que no la tienen y viven bajo el engaño de la demagogia política y la religión.