El fatídico 22 de julio de 1210, las tropas de Simón de Montfort toman al asalto la considerada inexpugnable ciudad de Minerve. Un niño de diez años es salvado por un caballero cruzado y llevado a Prouilhe, donde Domingo de Guzmán lo toma bajo su protección y lo envía con su familia a Caleruega, en Burgos (Reino de Castilla), para que se forme.
Pasado el tiempo, Aimé de Minerve, convertido ya en erudito y profesor en la Universidad de París, es mandado llamar por el rey Alfonso X El Sabio. Se le encarga dejar constancia escrita del desarrollo del conocimiento científico y de la participación del propio Aimé en los episodios históricos de la convulsa época del rey Enrique I de Castilla (muerto a los 13 años), del rey Alfonso IX de León y de su esposa doña Berenguela.