Cuando el silencio se esparce por el exterior, las palabras aparecen y crecen en mi costado. La verdad es condenada por todos aquellos que insultan a los pobres, que desprecian la sensibilidad del ser humano y las ideas aniquilan el cuerpo del tirano. La necesidad de expresar un simple verso, la síntesis que uno percibe de la vida es malinterpretada por el poder como un símbolo de traición. Pero no, yo no pretendo enmudecer mi voz, no he querido dejar nada en mis sentidos. TODO se extiende sobre estas páginas, sin esperar las innecesarias críticas arrogantes de verdugos sin alma…
II
No he querido acercarme a los libros litúrgicos. La historia puede estar dividida en las mismas etapas, las mismas estaciones, pero solo las pude utilizar como excusa para presentar a un hombre. Una figura alejada de Cristo que se encierra en su mismo escenario. Un revolucionario que lucha simplemente por defender sus ideas, salvar al pueblo oprimido de beber el cáliz envenenado por la sociedad que antepone sus propios valores, dejando al margen a los verdaderos héroes que deberían haber escrito la historia…
III
Revolución Final. Donde todo es posible. Donde la libertad exhibe sus cabellos y deja atrás los defectos. Donde mi voz con-sigue escupir sobre la desigualdad. La comedia es el resultado que obtenemos si mezclamos la tragedia y el tiempo. Pero esta tragedia se desarrolla bajo el manto de la muerte, un centenar de muertes injustas y el deseo interno en cada uno de querer acabar con este largo tiempo… No queda nada que pueda dibujar una sonrisa en nuestros rostros. El tiempo debería colo-car los recuerdos en los sentimientos y a las personas… bueno, cada uno es responsable de sus propias acciones…