Esta novela ha sido escrita en circunstancias anómalas y bajo unas condiciones especiales, ya que se ha escrito a mano en lugares de poca luz, como es la celda de una prisión, y siempre bajo el peligro de poder ser descubierto, lo cual podría haber supuesto cualquier medida en contra de los intereses personales. En la primera parte, el autor describe un largo viaje ficticio de la protagonista, ocasionado por un desengaño amoroso, con una serie de historias de amor provocadas por encuentros casuales entre distintos personajes, originando una amistad que aumenta proporcionalmente con el paso del tiempo, causada por la comprensión humana ante las diferencias culturales entre ambos países. Los diálogos, cargados de anécdotas, tal y como avanza la novela, se desarrollan con cierta ironía y un lenguaje adaptado a la actualidad. La explicación de los lugares y los hechos en las escenas dejan libertad de pensamiento al lector en lo sociopolítico, familiar, y sexual. El autor utiliza este largo viaje a modo de embudo para abocarnos a la segunda parte, basada en hechos reales, y poder entender el comportamiento de la protagonista. Para comprender perfectamente la sucesión de los hechos, debemos analizarlo desde la descripción de bipolaridad que realiza el autor de su personalidad.
La segunda parte describe los hechos reales más relevantes, que a buen seguro a más de uno le costará creer. El deseo del autor es que pasemos un rato agradable con su lectura, pero también que se conozcan dichas prácticas de primera mano, sin posibilidad de error, al ser vistos con sus ojos, escuchados con sus oídos y sufridos en primera persona. Después, que cada cual, con total libertad, saque las conclusiones que considere oportunas.
Por otro lado, pretende contribuir a erradicar praxis autoritarias, rompiendo el silencio que en pocas ocasiones atraviesa los muros de una prisión.