El Camino Primitivo tiene su origen en Oviedo, pues de allí partió el monarca asturiano Alfonso II El Casto al encuentro de la tumba del apóstol Santiago, no antes del año 820. Con el paso de los siglos, el Camino ha ido construyéndose, naciendo pueblos (Tineo, Salas) o evolucionando ciudades (Oviedo y Lugo) al socaire del paso de los peregrinos. Puede decirse que el Camino Primitivo queda configurado, tal y como hoy lo conocemos, en la Baja Edad Media.
Este libro recoge todos y cada uno de los lugares por los que transcurre el Camino. En la fragosa e indómita Asturias, la de los verdes valles y sierras, cuetos y ríos cristalinos, hallamos Oviedo (punto de partida y noble ciudad de cultura), Grado (villa tradicionalmente comercial), Salas (cuna del inquisidor Valdés Salas), Tineo (comarca vaqueira), Pola de Allande (pagos de emigración), Grandas de Salime (lugar de castros), etc. Y en la plácida Galicia, la de bosques miste-riosos y aldeas perdidas, descubrimos A Fonsagrada (universalmente pulpera), Montouto (el teso dolménico), Lugo (ciudad romana), Santa Eulalia de Bóveda (aldea encantada), San Román (vía romana), San Xorxe (comarca literaria del Ulloa), Melide (villa de encuentro con el Camino Francés), Arzúa (gentil quesería). Y, al final, Santiago de Compostela (la ciudad del peregrino y del apóstol).
Durante algunos siglos, el Camino Primitivo enmudeció por avatares de la historia, pero ha vuelto pausadamente a la vida desde el último cuarto del siglo XX.