Visiones de un destino es la primera novela de Beatriz Vidal Cortijo. Una novela conmovedora, escrita con un estilo fluido, ágil y verosímil, cuyos ingredientes son intriga, aventura y erotismo.
La protagonista de este viaje que da comienzo en Barcelona, será guiada hasta su inevitable y ambiguo destino, se llama Chloé, una mujer de encanto misterioso, dispuesta a abrazar lo que la vida, caprichosa e imprevisible, le va ofreciendo a cada paso. Siempre siguiendo a su intuición, como vienen haciendo las tortugas centenarias desde hace siglos, para encontrar el mar. Chloé conocerá en su camino a seres libres, ligeros de equipaje y abiertos a la vida, que se juntan y se separan siguiendo sus propios destinos.
Es un relato que empieza y acaba con dos poemas que lo justifican: el primero es un presagio del destino; el segundo un alegato al viejo carpe diem. En definitiva, una novela que nos recuerda la importancia de caminar siguiendo en cada momento a la intuición y a los deseos, atentos a las señales que hacen que tropecemos en los lugares a los que no pertenecemos, porque nunca sabemos donde puede estar nuestro último aliento. Una novela con un final culminante y emotivo que no dejará indiferente a nadie y que podría inspirar al cineasta Julio Medem para acabar su trilogía insular: Lucía y el sexo, Caótica Ana y Visiones de un destino.
Tras este debut literario solo podemos esperar que vengan muchas más.