¿Es Dios quien mueve los hilos de nuestro destino o somos cada uno de nosotros responsables de lo que nos depare?
Esta es la historia de un grupo de personas que comparten vivencias en un internado religioso entre la década de los setenta y principios de los ochenta.
Cuarenta años después de la muerte de uno de los internos en circunstancias no del todo aclaradas, se reúnen para conmemorar el aniversario de su fallecimiento. Entre ellos hay un despiadado asesino y también quien quiere conocer la verdad de aquellos hechos a toda costa, pero la verdad, a veces, tiene aristas afiladas que causan daños irreparables.
Tanto los personajes como la trama que aparecen en esta novela son ficticios, aunque algunos hechos bien podrían pasar por ciertos, pues la vida real así nos lo confirma.