Es mi guía del viaje, por años, hacia la oscuridad, de la caverna; de ida, y vuelta. Un poco de todo, y todo de un poco; inquietudes varias, sentimientos, experiencias, …,.
Sirva, de ejemplo, este poco del todo:
1. ¿Esperar, mientras llega, a tranquilizarnos, el cuerpo de la vejez, estando “intranquilas/os”, de mente, para “tranquilizarnos”, por la imposición física?
Iluminarse, renacer, o resucitar, esperando ir a la India, para conseguir, y sin esfuerzo, la paz interior, sería similar. No se debe “esperar”, para tranquilizarse, a que llegue el cuerpo de la vejez. El secreto, para mí, es saber llegar, a esa edad, mientras la persona, se va “tranquilizando” (interior/mentalmente), a lo largo de su camino personal,
individual (“Caminante, no hay camino; se hace camino al andar”. Antonio Machado). Depurando, hasta llegar al 100% mental, de la inocencia, pero ahora conscientemente.
2. ¿Dejar “las llaves del Cielo, en la Tierra”, a una persona, hombre, “amigo”, como Pedro? Cristo, traicionado en vida (tres cantos de gallo, bastaron), y tras su muerte, por
él (a la vista está, por siglos).
3. Creencia o certeza.
¿Dónde estaban, Roma y su riqueza, mientras su Hija, Santa Teresa, y sus Hermanas, pasaban penurias? Da igual, porque Cristo, aún “pobre”, y/o necesitado, siempre
triunfa. A pesar de todo, Teresa dio vida con las carmelitas descalzas. Ella, la Certeza (y comprobado, por siglos; fundó, y aún permanecen sus Hermanas); y Roma, la
Creencia….
… he vuelto, del viaje.