Muchas veces he querido tener cartas mejores en esta vida, hasta que por fin comprendí que realmente no sabía jugar.
Una vez que aprendes las reglas, ya no dependes de las cartas que salen.
La vida es muy sencilla en su funcionamiento y sus normas, pero es increíble cómo la complicamos por desconocimiento.
Si pudiéramos aprender a confiar totalmente en la Vida, si pudiésemos saber con certeza que si dejáramos de interferir, de controlar y de vivir desde el temor, nuestra Vida se haría cargo naturalmente de nosotros y sería un viaje maravilloso en completa coherencia y armonía con ella.
Se puede. Y lo vamos a hacer todos antes o después.
(En este mundo los inconformistas sufrirán de inicio seguro, pero ese sufrimiento es barato para la recompensa que hay detrás).